En un mundo donde ruidos, imágenes, olores y otras sensaciones nos estimulan por todas partes, este libro ofrece un momento poético para meditar sobre nuestras percepciones. Desde que nacemos, conocemos nuestro alrededor con lo que nuestro cuerpo siente y las interacciones que tenemos con otras personas u objetos, con el espacio o el tiempo. Es un caminar entre mundos, el del niño, el del adulto, el del anciano. Es un recorrer el tejido que forman los cuerpos, las mentes, lo real y lo soñado. Después de años estudiando y potenciando los procesos intelectuales, nos dimos cuenta de lo olvidadas que teníamos las emociones. Ahora venimos de dedicar a la emoción años de atención, estudio y visibilización. Parece que le llega el tiempo al cuerpo. Necesitamos realizar el mismo trabajo con las sensaciones, el de explorarlas, hacerlas evidentes y ponerles palabras. Texto e imágenes dirigen la mirada del niño y el adulto a sensaciones concretas y cotidianas para poder sumergirse en ellas de forma detallada y, al mismo tiempo, amplia y suficientemente abierta. Este libro ofrece un momento poético para meditar sobre nuestras percepciones. Es un caminar entre mundos, el del niño, el del adulto, el del anciano. Es un recorrer el tejido que forman los cuerpos, las mentes, lo real y lo soñado. Y el lector es compañero. Esta es una invitación a recuperar, juntos, el punto de vista del cuerpo. -Tere Puig