Un escritor peruano residenciado en España decide escribir una novela confesional para conjurar un pasado de complejos y rencores. Este ajuste de cuentas de la memoria tiene como epicentro su malograda amistad con Zeta, quien, a diferencia de él, supo escalar posiciones en el Perú gracias a una turbia carrera política. El recuento de las experiencias de ambos amigos durante más de dos décadas reproduce, a escala estudiantil y doméstica, el clima de violencia, discriminación y corrupción de una sociedad extraviada en sus contradicciones. La historia deviene en retrato de una niñez sometida a la vejación y los prejuicios, que da como resultado una juventud volcada hacia los paraísos artificiales, antesala de una vida adulta que se debate entre la frustración, la resignación o el envilecimiento. Algún día este país será mío de Sergio Galarza no es una novela de formación, sino de deformación. La historia de unos personajes marcados a fuego por una educación opresiva donde la inocencia y la camaradería son opacadas por el imperio del recelo, la crueldad y el resentimiento. Un libro que recrea el desencuentro de dos amigos cuyas vidas comparten una fallida educación sentimental.