«Despertad vuestra alma dormida y tomad conciencia que Dios vive en cada rincón de vuestra existencia». Estando en oración oí una voz que me dijo: «En un tiempo di la cara por ti, ahora toca darla por Mí». Así que sentí que era llegado el momento de sacar a la luz todo lo que me han ido enseñando sobre las cosas del espíritu y sobre lo que llamamos Cielo.