Esta vez la aventura comienza cuando a casa de Justus llegan dos hombres solicitando filmar una película de acción en el depósito de chatarra del tío Titus. Ninguno de los tres pequeños detectives lo puede creer, poder estar presentes en la grabación de un salto mortal de un carro real es un sueño hecho realidad. Sin embargo, en medio de las grabaciones las cosas salen mal, el carro se incendia. Tras indagar un poco, Justus, Titus y Bob presienten que lo ocurrido no fue un accidente, sino que alguien del equipo de grabación quiere que las cosas salgan mal. Pero ¿quién? y ¿por qué? Los tres pequeños detectives tienen un nuevo caso en sus manos: deben descubrir quién está detrás de todo esto.