Una extraordinaria colección de microrrelatos que les permiten a los lectores mirar por entre la persiana hacia una multiplicidad de circunstancias de vida. Unas transcurren en la cotidianidad del ámbito doméstico, otras en circunstancias extremas o extraordinarias, pero todas las historias llevan su carga de pasión o sorpresa. Se trata de relatos que a pesar de trazar un arco lógico de principio a fin están impregnados de una ambigüedad que despierta la imaginación y se presta para que los lectores intervengan —para que conciban sus principios y sus finales a partir de su intuición y de la inquietud que puedan despertar en ellos los personajes—. En palabras de la poeta Piedad Bonnett: “En el corazón de cada microrrelato de Conozco el frío, de Ana del Corral, hay un agujero negro que perturba pero que invita al lector a ser ‘cómplice’, como quería Cortázar, a tratar de llenar con su imaginación el inquietante vacío”.