EN NUESTRA Carta Magna se concentran las aspiraciones que habrán de permitirnos alcanzar un ambiente propicio para vivir en armonía. Es por ello que el derecho comparado internacional reconoce a la nuestra de 1917 como la primera Constitución social del mundo; en ella se contienen los principios, recursos y deseos del pueblo al que rige, cosa poco sencilla cuando se considera la extraordinaria pluralidad cultural que conforma la identidad mexicana.