Después del diagnóstico médico desalentador y saber que poco a poco perdería la movilidad en todo mi cuerpo, aceptar y asumir la dolorosa enfermedad y comprender el gran valor que tiene el dar un paso, sólo un paso a la vez y decidir que mientras pudiera y Dios me lo permitiera me mantendría en movimiento corriendo, trotando o caminando, comienza una aventura en kilómetros, que aún a contra diagnóstico me ha ayudado a mejorar por mucho mi estado de salud, encontrando a lo largo de este reto, lecciones de vida que deseo compartir contigo en estas páginas, con el único fin que tú, amigo lector, encuentres una esperanza, una motivación o una puerta abierta hacia el poder del movimiento, la convicción, el esfuerzo, la buena actitud ante las circunstancias y de fe. También con el fin de que esto te lleve a lograr tu propio propósito, a disfrutar y hacer de cada momento de tu vida, el paso pequeñito que te llevará a tu propio gran maratón.