En esta obra Solórzano Alfaro tiene un acercamiento crítico a la Teoría del Derecho construida con la concepción jurídica de la modernidad. El instrumental jurídico-crítico que utiliza Norman Solórzano, lo construye desde el pensamiento de liberación, siguiendo en esta línea, sobre todo, las categorías trabajadas por Franz Hinkelammert, y también en algunos puntos en el camino propuesto por Enrique Dussel. Solórzano considera que de las varias líneas de pensamiento producidas, una se hizo hegemónica y nos dio la visión del Derecho de la Modernidad, y explica de qué modo sucedió. Lo más grave de este proceso es que se llegó a un Derecho exento de juicio ético. Establece, además, como se ha impedido a la imaginación jurídica avanzar hacia la formulación de un sistema de garantías funcional a la realización “de derechos humanos en cuanto derechos de la vida (humana y no humana), particularmente en lo que afecta a los cuerpos humanos hablantes, relacionales de todos y todas...”