"Cuentos de Calín, emergió a su estructura de libro con el apremio afectivo de distraer a mi hermana Ubaldina, en circunstancias que sobrellevaba -con paradigmática dignidad- el agonismo unamuniano que aceleró su encuentro con el Creador. No oculta, por ello, el audaz atrevimiento de un ingeniero mecánico de incursionar en el arte literario estimulado por la explicable pasión que los textos despertaban, a medida que se fueron gestando, pues no sólo motivaban amenas tertulias con nuestra Ubita, sino que generaban una atmósfera tierna, amorosa, llena de recuerdos y vivencias de nuestra historia familiar. De casi todos los miembros de nuestra familia y amigos de la casa, desde nuestros ancestros más antiguos en que entre sueños y mitos - llegaron en carabelas al virreinato del Perú. Confieso que, al escribir estos relatos, me arropé con el amor a mi tierra natal y la nostalgia de mi infancia en Talavera, a orillas del rio Chumbao, ancladas en vivencias posteriores en la capital de la república y mi tránsito por la remota Europa y Asia. "