“Cuando compré The Bookshop en 2001 tenía una vaga idea de cómo creía que podía funcionar una librería. Ninguna de mis expectativas se cumplió., Siguen sorprendiéndome a diario las preguntas que me hacen los clientes así como las suposiciones que la mayoría de la gente alberga sobre cómo gestionamos este negocio -extrañas conjeturas con las que creen poder adivinar el modo de adquirir los libros o cómo elucubramos los precios de venta al público-. Toda la especie desfila por la tienda: algunos regatean, algunos recomiendan libros, algunos son espectacularmente groseros, otros quieren contarte impúdicamente la historia de su vida, y otros se atreven a sonsacarte detalles de la tuya. Este diario pretende consignar algunos de los encuentros más memorables.” Shaun Bythell