La poesía de Jan Erik Vold comienza aparecer en el horizonte de Noruega en los años 60. A partir de ese momento, su producción será constante y variada, abarcando varios géneros. Su poesía es coloquial y realista, una suerte de sencillismo nórdico caracterizado por su brevedad, humor chispeante y concentración; es una poesía referida constantemente a los pequeños hechos de la vida cotidiana, esos que no parecen tener importancia en la vida de la polis pero resultan al final ser nudos fundamentales en el comportamiento y la transformación de una identidad nacional. Todo eso en un tono de meditación, nostalgia y rebeldía militante. Este maestro de la expresión breve es creador de la estrofa Vold, famosa en Noruega y que se compone de varias cuartetas de versos libres, y que encontramos en la totalidad de los poemas de la presente traducción. También practicó el jaicu, ese género de origen japonés que es hoy ya planetario, dándole un carácter personal.