El Camino de Santiago es la vía de peregrinaje más antigua del mundo cristiano, pues ni siquiera Jerusalén o Roma llegarían a consolidar una ruta. A los creyentes que viajaban a los lugares sagrados de Jerusalén se les denominaba palmeros, y los que iban a Roma con el mismo propósito eran llamados romeros. Peregrino era un término que sólo se aplicaba a aquél que se dirigía a Santiago de Compostela.