Esta novela pretende describir las andanzas humorísticas de unos estudiantes en la época de la posguerra. En el colegio de la calle Elisa de Barcelona sufrieron y disfrutaron de los quebrados, del área de la circunferencia, del nefasto Teorema de Pitágoras, de la declinación de los verbos y otras malévolas historias académicas. Se hace un pequeño retrato de la vida en los barrios, de los primeros amores juveniles y se describe cómo no hace falta saber qué forma tiene un ángulo diedro para subirse a un autobús o casarse, entre otras cosas.