La aristocracia en Roma era mucho más que el conjunto de los afortunados que controlaban el poder y las fuentes de riqueza. Según la mentalidad de la época, ampliamente extendida, ellos eran los primeros servidores de la Res publica, los guardianes de la tradición, de la libertas, del mos maiorum, la garantía de la buena convivencia. Sus actos eran observados con atención e imitados por todos; de ahí que los primeros pasos del nuevo régimen imperial se centraran en la actuación de estas personas. No cabe entender la sociedad romana sin entender su aristocracia. Se ha escogido el periodo del gobierno de los sucesores directos de Augusto cuando se produjo la liquidación definitiva de la república y se dieron los primeros pasos de un camino que ya no se abandonaría en los siglos siguientes. Este libro contiene un profundo estudio sobre la transformación de la administración romana a través de las carreras políticas de su clase gobernante.