"Sophia sorprende y registra con delicada mirada la inmóvil figura de Caldas convertida en estatua y, con detalles preciosos y minuciosos, nos cuenta de algunos rasgos y de múltiples detalles de esta personaje algo extraño y taciturno que, curiosamente en su condición de estatua, ya no anda explorando las estrellas, ni abismo con los espacios infinitos que estremecían a Pascal, sino que por el contrario, con su mirada ya inmodificable por su condición de estatua, lo encontramos auscultando las cercanas realidades de su suelo natal."
"Muy bien escrito, ameno, letras grandes, didáctico, mis felicitaciones para Sophia, quien es mi pariente"