La despedida entraña dolor, separación y aturdimiento, pero la colección de adioses de Josep Anton Soldevila condensan un proceso lento de desasimiento, de breve encuentro final sin retorno, de lucidez. Fruto de una experiencia traumática (el poeta había sido sometido a un trasplante de riñón y fue aislado del mundo exterio r por un virus de quirófano) durante lentas horas su mente se paseó por lo que había s