La magia de la pesquisa recae en una monja que, inspirada por el huidizo recuerdo de una vida anterior —de abuso y abandono en los trasfondos más bajos de los suburbios de la Ciudad de México—, es capaz de inmiscuirse hábilmente en las redes confabuladas del delito y la política. Mitad con la inocencia y mitad con la malicia de su autodescubrimiento, su voz hará explotar los significados variados de cada guiño citadino: el grafiti, la pintura, los mitos antiguos, sus chubascos y sus comercios, los entretelones de los grupos policíacos y sus formas para el cohecho y la extorsión, hasta redescubrir la gran urbe y, en paralelo, rendirle homenaje a su vitalidad.