Los poemas de Oswaldo Chanove huyen del prurito metafísico de las cosas sin nombre. Proceden de manera útil e incierta, con ellos se asciende a la cumbre de cerros pelados, se gritan 'los nombres de personas desconocidas' y se afirma el más noble de los accidentes: 'El espanto de estar'. Con talante digresivo y pesimista, demuestran 'Que el punto cero (casi) existe' y que ya '¡Nadie recuerda los humeantes platos de arroz con pato!'. La poesía de Chanove, a decir de Montalbetti, alcanza en este libro 'plena madures formal e ideológica', pues conecta en un mismo gesto una doméstica impugnación y el infinito.
"excelente poemario, gracias."