¨Sab¡a que Freud fue adicto a la coca¡na? ¨Y que grandes psic¢logossufrieron baja autoestima? ¨Imagina c¢mo fue el psicoan lisis deHitler? Durante siglos, la histeria se cre¡a debida a que el £tero sedesplazaba por el cuerpo de la mujer y, para tratarla, se recurr¡a aduchas fr¡as y masajes de naturaleza sexual. El camino hacia terapiasbasadas en la comprensi¢n y el di logo fue largo y requiri¢ muchoesfuerzo.Los psic¢logos m s famosos no se han librado depadecer trastornos como la depresi¢n (William James) o la paranoia(Reich). Maslow, creador de la pir mide de necesidades, ten¡a grandescarencias de autoestima. Tambin sufrieron incomprensi¢n losterapeutas Masters y Johnson, Fritz Perls o Marston, creador de undetector de mentiras y de Wonder Woman. Este libro recuperala contribuci¢n de mujeres que han sido ninguneadas por la historia(Christiana Morgan, Bertha Pappenheim o Lucia Galleazzi), o losexperimentos m s siniestros: las desventuras de los perros de P vlov o la realidad de Little Albert, el beb utilizado por el conductistaWatson. As¡ mismo, los test han tenido un recorrido peculiar debido asus historias rom nticas (el T.A.T. fue creado por una parejaenamorada) as¡ como a sus grandes lagunas (los ex menes deinteligencia utilizados con fines blicos y eugensicos).Enestas p ginas conoceremos los aspectos m s oscuros (el psicoan lisisde Hitler, los interrogatorios de la CIA ) y los m s luminosos (laliberaci¢n de los alienados, el humanismo ) de esa disciplinacient¡fica llamada psicolog¡a.