Frankenstein, joven estudiante de medicina tiene fascinaci¢n porconocer los secretos del universo. Tras varios experimentos, logra dar vida a un compuesto de distintas partes de cad veres diseccionados.Al descubrir su espantosa creaci¢n, huye del laboratorio. Rechazadapor su creador y por la humanidad, el odio invade poco a poco lacriatura y despierta en ella sed de venganza. esta obra yreafirma su vigencia a trav‚s de los ensayos de siete autores. Antonio Colinas, Asunci¢n Escribano, Amalia Iglesias Serna, Jeannette L.Clariond, Hugo Mujica, Jos‚ M¦ Mu¤oz Quir¢s y M¦ Angeles P‚rez L¢pez(ed.) reflexionan sobre los sentidos, el autoconocimiento, laespiritualidad o el amor, temas universales sobre los que se asientaLas moradas y que dan lugar a lecturas inagotables.aci¢n de estados,pero sucede que estos solo aparecen mucho despu‚s de la agricultura en campos fijos. Se daba por hecho que la agricultura fue un gran pasoadelante para la nutrici¢n, el bienestar y el ocio de las personas; lo contrario parece haber sucedido en las primeras fases. Lascivilizaciones tempranas eran vistas como imanes que atra¡an a laspersonas con el lujo, la cultura y las oportunidades que ofrec¡an. Enrealidad, los primeros estados se vieron obligados a capturar yretener a gran parte de su poblaci¢n con diferentes formas deservidumbre y estaban transidos por las epidemias del hacinamiento;eran fr giles y propensos al colapso. En cambio, las «edades oscuras»que los sucedieron podr¡an haber supuesto, con frecuencia, una mejorareal en el bienestar humano. Parece razonable sostener que, al menosfuera de las elites, la vida en el exterior de los estados ?la vidadel «b rbaro»? pudo haber sido m s sencilla en t‚rminos materiales, ym s libre y saludable, que la vida dentro de las civilizaciones.