Lo que para el teniente coronel Berenguer, su organizador y primer jefe, y sus oficiales suponía un reto lleno de misterio: instruir y mandar una unidad formada por los soldados indígenas capaz de cooperar en operaciones con otras unidades del Ejército español, pronto sería una realidad. Compuesta por hombres de los que prá cticamente se ignoraba casi todo excepto su valor y capacidad de combate, se convertir