Las primeras líneas de una historia deben ser hipnóticas. Únicamente las que cumplen tal objetivo logran quedarse grabadas para siempre en la memoria de los lectores. Por supuesto, el inicio de Cien años de soledad es ejemplo vivo de lo anterior. Cuando los ojos discurren por una oración como: Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo, un repiqueteo de campanas parece comenzar a sonar en nuestro interior. Un vaivén del tiempo cuya reverberación va construyendo la novela.
"García Márquez a través de una novela gráfica es una combinación que me ha resultado muy gratificante. Buena edición, editorial poco o nada conocida en México. Ahora a esperar vuelvan a estar a buen precio para comprar la de Rulfo. "
Pedro Jose Echeverria Ochoa Lunes 30 de Enero, 2023"Muy bonita narración gráfica de parte de la vida de García Márquez. Muy recomendable."