Chesterton afirmó que la gratitud era la más alta forma de pensamiento y Cicerón la definió como la mayor de las virtudes, pero hasta ahora nadie se había molestado en estudiarla en profundidad. Este libro, el primer ensayo psicológico sobre el tema, demuestra algo que siempre se ha sospechado: que sentir gratitud alarga y mejora nuestra calidad de vida, previene contra enfermedades, brinda energía y queda al alcance de todos.