El eje sobre el cual gira este trabajo consiste en el convencimiento de que la tecnología no es una "cosa", no es una "fuerza productiva", no es una fuerza autónoma, externa a la sociedad, externa a las diferentes comunidades, externa al hombre, con propiedades intrínsecas capaces de solucionar todos los problemas de la sociedad. La tecnología es, por el contrario una determinada forma de ser, pensar, sentir y hacer; es decir, es una determinada forma de la acción humana que, por ser la forma de acción dominante en la actualidad, imprime en la sociedad un carácter instrumental con pretensiones de dominarlo todo.