Esta es una biografía de Henry M. Reeve, un valiente joven estadounidense, dispuesto a luchar por la independencia de Cuba hasta su último aliento. En 1869, siendo un oficinista de 19 años en Nueva York cuya experiencia militar era sólo como tambor en el ejército, dejó su trabajo para unirse al Ejército de Liberación de Cuba. En poco tiempo, se convirtió en un formidable soldado natural en los campos cubanos. De ser un jinete inexperto, se convirtió en el jefe de la mejor caballería del ejército. Ascendió grado a grado de la posición de soldado raso a la de brigadier general en solo cuatro años. Siendo un general de brigada de 23 años, con la pierna derecha incapacitada debido a una herida grave, luchó montando su caballo con un aparato en su pierna, llevando a sus hombres a combatir.