Una vez, en un pueblo llamado Cantalapiedra, vivía un niño llamado Jorgito. Todos lo llamaban Jorgito Gorgorito porque su voz era tan potente que cuando lloraba todos los cristales del pueblo se rompían. Los vecinos estaban ya hartos. El día de su cumpleaños, Jorgito sopló las velas tan fuerte que tres de ellas fueron a par ar a tres pueblos vecinos. El alcalde de Cantalapiedra se reunió con los otros tres al