El poeta milanés Giovanni Raboni al definir su relación con la poesía, habla de una presencia continua que el verdadero bardo debe mantener y alimentar. Raboni dice: “La poesía está cuando está, si hay ganas se escribe; lo que me parece importante aun cuando no escribo, es mantener viva la relación entre la poesía y todo lo demás. El fruto es esporádico pero por debajo hay una continua, incesante elaboración”; yo diría construcción en el caso de Noelia, puesto que de la peculiar visión de una casa se trata. La visión de una casa, templo, refugio… resumiendo: la poesía misma como resguardo ante las inclemencias del mundo. “Casa” es una palabra muy preciada entre las muchas que va elaborando en su universo personal. (...) “La poesía está cuando está” dice Raboni, pero pareciera ser que en Noelia su presencia fuese permanente, una verdadera sed o fiebres sueltas, una obsesión saludable, si se me permite, ya que constituye el único sitio habitable de la autora, el más íntimo y privado de sus lares, un cobijo que crea y recrea, para dosificar el tenor de sus sueños, en el mejor de los incendios posibles. Eduardo Espósito Participan: Eduardo Espósito (prólogo y contratapa) Oscar Ernesto Solís (ilustración de portada)