El arte de la escritura, y en especial de la escritura jurídica, es saber usar los signos de puntuación. Aveces, quienes se sientan frente al computador creen que lo más importante es conocer la materia de la que se va a hablar, la cuestión y los argumentos. Eso, por supuesto, está bien, pero hay que recordar que ese asunto o tema no puede desplegarse a lo largo de las páginas sin la ayuda de los signos de puntuación. El propósito de este libro es ser una guía amena, para que los lectores, en especial los operadores judiciales, puedan escribir textos de gran brevedad y claridad.