En un cuaderno escondido en el altillo familiar, Santiago Fonseca descubre la fotografía de una adolescente que alguna vez posó desnuda para la lente de su padre, muerto hace años. A partir de ese momento, abandona las cómodas certezas de su vida estudiantil y se embarca en un obsesivo viaje a la semilla que lo llevará, no solo a intentar reconstruir al escritor, conspirador y amante que le diera su apellido, sino a mimetizarse con él, aun a riesgo de perderse en el camino. Bajo la apariencia de una indagación existencial, Javier Núñez ha tejido, hábil, una magnética trama policial. Pero, a diferencia de lo que ocurre con las aventuras de un detective al uso, las pistas que el protagonista recoge —amores inconfesables, cicatrices imborrables, lealtades puestas a prueba y muchas mentiras—, no conducen a develar la identidad de un criminal, sino a poner en entredicho la mismísima definición de identidad. Pablo Ignacio Chacón