La Guerra en La Guerra

Eduardo Norberto Dalmedo · Editorial Dunken

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Reseña del libro

Siempre me quedé con la intriga del por qué no existió una previsión logística coherente, por lo que investigué y me encontré con la triste realidad; en el punto LOGÍSTICA de los planes estratégicos encontrados en distintos estudios sobre el tema Guerra de Malvinas, en todos, coinciden que ese apartado solo decía: El apoyo logístico será responsabilidad de cada agrupación del componente en Malvinas, correspondiendo la coordinación a través del Comandante Militar. El apoyo logístico del resto de las unidades que se requieran, será responsabilidad de cada fuerza. El apoyo logístico a la población civil, será responsabilidad del área de economía, en coordinación con el Gobierno Militar. Cabe aclarar que tampoco existió nunca, un anexo logístico que indicara en detalle, como sería la provisión desde el continente hasta las Islas. Como se puede observar, para el abastecimiento, provisión y mantenimiento de la aptitud de combate de cerca de 10.000 (diez mil) hombres de Ejército, solo habla de responsabilidades (puntos precedentes), pero no del como harían para abastecerse y abastecernos. En las islas, los responsables nos pusimos de acuerdo en el “cómo hacerlo”, el problema era que no llegaba y cuando llegaba, existía tal descontrol, que hubo contenedores con víveres que tuvieron que ser incinerados. Me pregunto: si el transporte de los efectos es una función logística, ¿cómo haríamos los “responsables” del Ejército para satisfacer las necesidades de nuestros regimientos y fundamentalmente de nuestros hombres, en un teatro de operaciones de características aeronavales? ¿No sabían quienes planificaron que el problema no era la obtención de efectos, sino el transporte de los mismos a Malvinas? Mucho ha ocurrido sin haberlo plasmado en mi cuaderno, transformado en Diario de Guerra. Encontrarán en él muchas palabras comunes y chabacanas, ya que nunca tuve la intención de hacerlo público hasta hoy. Desde nuestro regreso en el SS Canberra, el 19 de junio de 1982 en la ciudad de Puerto Madryn hasta la fecha, han ocurrido cosas que no plasmaré en este libro, solo quiero rescatar algunas, como mis charlas en escuelas y colegios de distintos niveles educativos desde 1997 a la fecha; y mis reencuentros, gracias a las redes informáticas actuales, con mis viejos camaradas, soldados, amigos y hermanos de la guerra, con los cuales intercambiamos charlas y surgen recuerdos que existían, pero sin precisar, como en una nebulosa. ¿Por qué 1997? Porque recién al irme de “mi Ejército”, pude hablar sin consecuencias, ya que todo lo que dijera afectaba mi carrera, y de hecho, la afectó. Pero eso lo verán en mi próximo libro sobre la post guerra.

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