Rubia, alta de constitución atlética, Cassidy Sanders es una trabajadora infatigable, una bebedora empedernida y una persona vulnerable. Es la única mujer que trabaja de ojeadora seleccionando promesas del béisbol para los Dodgers de los Ángeles. Un día se le presenta una oportunidad por la que sus colegas varones se devorarán entre sí: reclutar a un joven jugador que rezuma talento para convertirse en estrella. Cassidy vuela a la República Dominicana, observa el juego de Alberto Cruz y decide llevarse a éste a Los Ángeles.Con 18 años, Cruz corre el riesgo de verse tentado por la vida nocturna de la gran ciudad, por las chicas y por demostrar que es todo un macho.