La química orgánica ha impactado profundamente la vida en el siglo XX y principios del XXI, ya que ha mejorado de manera notable los materiales naturales y ha creado nuevas sustancias para mejorar no solo la salud y curar enfermedades, sino también mejorar las cosechas, controlar plagas, proporcionar sustancias para la higiene personal, embellecer nuestro cuerpo con la cosmética y protegerlo con telas especiales, etc., con el fin de aumentar el bienestar del ser humano y los animales en general.