La obra que hoy presentamos a nuestros lectores es complementaria de nuestra Teología de la perfección cristiana, a la que de ninguna manera intenta suplantar con relación a los religiosos. Esta nueva obra, sin aquélla, sería incompletísima y daría una visión inexacta y deformada de la vida religiosa. El religioso, lo mismo que el sacerdote y el seglar, deben santificarse a base, principalmente, de los elementos comunes a cualquier forma de vida cristiana, a saber: la inhabitación trinitaria, la incorporación a Cristo, los sacramentos, la gracia santificante, las virtudes in- fusas, los dones del Espíritu Santo, la fidelidad a la gracia actual, la oración, etc. Estos son los elementos fundamentales, absolutamente indispensables para todo cristiano, cualquiera que sea el estado o género de vida en que se encuentre. Sobre esos elementos básicos, cabe matizar ciertos aspectos secundarios que se refieran más directamente y algunos exclusiva- mente al sacerdote, al religioso o al seglar. En esta obra recogemos los principales aspectos o matices relativos a la vida religiosa, pero dejando intactos y valorando en primerísimo lugar los elementos básicos y fundamentales de la vida cristiana en general.