Leonardo da Vinci, el gran polímata de todos los tiempos, paradigma del sabio renacentista, fue un hombre excepcional que abarcó todo tipo de disciplinas artísticas y científicas, desde luego las que le dieron más fama: la pintura, la escultura y la arquitectura; pero también la botánica, la anatomía o la música, y sin duda su faceta como inventor e ingeniero es hoy uno de los grandes motivos para adentrarse en la vida y obra de este genio. Un hombre que fue hijo ilegítimo, cuya vida íntima está rodeada de secretos, como su misteriosa escritura especular, que como hombre de su tiempo, trabajó para los Médici o los Sforza y escondió sus estudios anatómicos para evitar controversias con la Iglesia; pero que como hombre adelantado a su época, fue capaz, entre los siglos XV y XVI, de diseñar un helicóptero, hacerse vegetariano por razones éticas, inventar el Sfumato o dar las proporciones del ser humano, merece un monográfico desde el que redescubrir todo su talento.