¿Sabes qué es lo que separa a las empresas vencedoras de las perdedoras en la era de la innovación? Además de preocuparse por establecer los objetivos económicos para cada ejercicio, los directivos tienen que marcar la estrategia para conseguir el compromiso de las personas con el proyecto y lograr una reacción enérgica positiva. Y esto requiere poner un poco de alma en la gestión. En este entorno empresarial caracterizado por un darwinismo sin piedad y dirigido a una velocidad de vértigo, si te quedas escuchando la voz dulce del pasado un día te encontrarás solo preguntándote con horror cómo pudiste quedarte atrás. Ésta es la nueva línea que marcará la división entre las empresas que viven del pasado y las que inventan el futuro, transformando la gestión de las personas a través de un estilo de dirección que tiene en cuenta las emociones y genera ilusión. ¿De qué lado quieres estar?