Las señales de advertencia están en todas partes: el acoso cibernético, la trata sexual y los tiroteos escolares van cada vez en aumento. Además, nuestros hijos se han matriculado en la era digital. Con un acceso sin precedentes a la información y la tecnología en rápido desarrollo, sus puntos de vista sobre la iglesia, la autoridad y Dios están cambiando. Si pretendemos en algún momento tener éxito en alcanzar a los niños del mañana, debemos ir más allá del status quo y revolucionar completamente nuestro enfoque, evaluar nuestros métodos y hacer las inversiones necesarias para convertirnos en la iglesia que esta generación necesita de forma tan desesperada. Con su propia y auténtica voz, Esther invita a los líderes del Ministerio de Niños a hacer precisamente eso en su segundo libro, Llamado a despertar del Ministerio de niños