La presidencia de Héctor Cámpora duró apenas siete semanas. Esos 49 días de 1973 fueron de una intensidad y efervescencia inéditas en la historia del país: terminaban dieciocho años de proscripción y el peronismo volvía al gobierno, en la figura de Cámpora, mientras quedaba pendiente la segunda parte de la consigna electoral: que Perón, imposibilitado de ser candidato, llegase al poder.