–¿Qué es lo que pretendes? –dijo Lucifer–. ¿Es que acaso procuras ser bueno?–¿Bueno? Por supuesto que no. Aunque lo quisiera ya no puedo. Como bien dijiste, eso murió en nosotros el día que tomamos la decisión de acompañarte.–¿Y entonces a qué juegas?–Sólo trato de ganar esta alma que me parece difícil –dije sin pensarlo–. ¿Esa era la realidad o en verdad algo bueno yacía en mí?