A los diez años, a Belén le diagnosticaron ataxia de Friedreich, una dolencia que causa un daño progresivo en el sistema nervioso, y que le provocó alteraciones en el control y el equilibrio del movimiento, una cardiopatía y problemas motores del lenguaje. Como ocurre con muchas enfermedades degenerativas del sistema nervioso, actualmente no existe ninguna cura o tratamiento eficaz para este problema. Sin embargo, esta dolencia parece no tener ningún efecto en los músculos que necesitamos para sonreír, por lo que Belén no ha perdido su sonrisa y la utiliza para contarnos su experiencia a través de un relato optimista y lleno de esperanza.