"En torno al año 1118, el caballero champañés Hugo de Payns, siguiendo posiblemente el ejemplo inspirador de la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, funda con otros nobles varones francos una hermandad similar, con el objetivo de ofrecer protección a los peregrinos que se dirigían hacia la santa ciudad. [...] Durante casi dos siglos, esta fraternidad de monjes, al mismo tiempo religiosos y guerreros, gozará de un bien adquirido prestigio y de momentos de brillante esplendor. [...] Con la caída de San Juan de Acre (1290) y esfumada aparentemente la finalidad central de la actividad militar de la hermandad, las intrigas primero e inmediatamente los ataques alevosos se van encarnizando contra sus hombres, acompañados por el paulatino arrebato de los privilegios y los bienes materiales de la Orden. [...] El orden cristiano que inicia su resquebrajamiento espiritual y político conspira contra la Orden bajo las iniciativas de personajes históricos como Felipe el Hermoso de Francia y el Papa, también francés, Clemente V; y la misma organización templaria [...] (se disgrega) ante los golpes de un proceso levantado contra la verdad histórica, hábilmente urdido por la astucia y las ambiciones sin freno. Años después [...] con la sangre del martirio, se verá reducida por el imperio de los hechos a su mínima expresión, para asimilarse Dios sabe en qué grupos iniciáticos, acaso en la vieja masonería tradicional. [...] De esto precisamente se trata en esta oportunidad, de una tentativa científica de aportar precisiones y, si es posible, claridad desde la sociología de la religión a un fenómeno histórico-religioso sobre el que, en el transcurso de los siglos, se han amontonado prejuicios, equívocos y lugares comunes". (del Prólogo de Francisco García Bazán)