Existiendo la definición, el término definido puede hallarse fácilmente. Ya los filósofos griegos y los padres de la Iglesia distinguieron siempre cuidadosamente entre aisthetá [cosas sensibles] y noetá [cosas inteligibles], y es bastante evidente que para ellos los aisthetá no son equivalentes solo a las cosas sensuales, puesto que honran con ese nombre –aisthetá– también a las cosas sentidas que están ausentes –por lo tanto, las imaginaciones. Así pues, los noetá deben conocerse con la facultad superior y ser el objeto de la lógica, y los aisthetá deben conocerse con la facultad inferior y ser el objeto de la ciencia de la percepción por los sentidos [epistéme aisthetiké] o estética.