Este libro recrea el juego de hacer pases con la mano sobre el cuerpo del bebé: mitad caricia, mitad fiesta, mitad suspenso, mitad cosquillas. Es un juego de reconocimiento del propio cuerpo, y también de los bichos que se van nombrando. Las ilustraciones cercanas permiten a los niños que se identifiquen con las imágenes y que reconozcan los insectos de su ambiente cotidiano.
"Es un libro para jugar con un niño muy pequeño, más una canción que un cuento, es bonito."