Miguel de Cervantes, humanista sumergido en las corrientes cultuales del Renacimiento, observador con visión satírica del mundo que le rodea, también se interesa profundamente por las cuestiones científicas. Si a través de sus obras podemos reconstruir su pensamiento, sus creencias, sus ideas sociales, morales y estéticas, también nos pueden servir para apreciar sus conocimientos científicos y la ajustada y perfecta utilización de los mismos. En la segunda mitad del siglo XVI, se inicia en Europa la que sería llamada "Revolución Científica", que tiende a romper los saberes tradicionales para sustituirlos por una nueva ciencia. España no participa en los comienzos de este cambio cultural. Se une al proceso tarde y penosamente, a causa de las dificultades creadas por la decisión de mantener los conocimientos tradicionales, tomada por las personas instaladas en los altos puestos culturales. Cervantes presenta un espíritu abierto a muchas inquietudes relacionadas con la Física, encontradas más en sus viajes que en sus estudios. El análisis de algunos textos nos puede llevar a precisar los conocimientos científicos de Cervantes y a establecer su relación con las corrientes científicas de su época.