En marzo de 1957, varias semanas después de haber salido de París rumbo a Oriente, Francisco Ayala recibió en Bombay una carta en la que Vicente Llorens le invitaba a volver a impartir clases durante un semestre académico en la Universidad de Princeton, donde ya había estado dos años atrás. Esas estancias en Princeton fueron el comienzo de una trayectoria profesional como profesor de Literatura Española en universidades norteamericanas que Ayala seguiría ya hasta su jubilación.