Ernesto Santolaya nos cuenta la parte de su vida que nos quiere novelar y de la forma en que quiere hacerlo. Aluvión de informaciones, historias superpuestas, torbellino de ideas, la convivencia de lo alimenticio y lo placentero, el valor de la amistad, sus afectos y exabruptos. Disfruta de sus pasiones de la mejor manera que sabe. Todo un viaje para a la postre no llegar a saber de qué vaina va esto de vivir. Ha sacado en limpio, no obstante, un par de cosas, que vivir siempre acaba mal y que en estar loco e intentarlo todo, está la dignidad.