La fantasía tiene propiedades especiales en los pueblos irlandeses, y cuando las fantasías están inspiradas en la realidad, los sueños cobran vida propia. Harry, que tiene ahora cincuenta y ocho años, mira hacia atrás y recuerda un tiempo en que era capaz de extraer alguna realidad de estas fantasías. De niño hacía recados para Frau Messinger, que vivía en una casona de piedra a las puertas de Cloverhill.La relación de los Messinger con Harry levanta recelos. Los Messinger son alemanes y por lo tanto sospechosos, aunque nunca hayan tenido mucho dinero. Las charlas de Harry con Frau Messinger le van cambiando la vida poco a poco. Herr Messinger decide construir un cine que se llamará el Alexandra. Harry trabajará en ese cine y se convertirá en su propietario. Harry se sentará en alguna butaca vacía y se dirá a sí mismo: 'el destino me ha convertido en el fantasma de un entreacto'.