A lo largo de la historia muchos hombres y mujeres se han lanzado a anunciar el Evangelio a tierras llamadas de misión, donde se toparon con ricas culturas en las que resonaba la compasión, la dignidad humana, la sabiduría y el respeto por lo divino. Su experiencia de fe se hizo más profunda, una aventura en la que han reco rrido caminos de encarnación tan propios del seguidor de Jesús.