Los recuerdos y los pepeles del Inmune, acumulados durante la vida del sorprendete protagonista, van recomponiendo la figura del inmune; un ser fascinado por la idea de actuar en representacion de otro, capaz de vivir en abreviatura la existencia de cualquier persona; viaja a traves de la pantalla del televisor o hasta los lugares donde sus reflexiones le inviten a hacerlo. El Inmune es un ser desprovisto de sentimientos, lo que acentua su mordacidad hacia algunos de los comportamientos humanos. En esta novela, el autor ha creado una parabola de nuestro tiempo, un momunento funerario al pensamiento libre y a los frustrados suenos de juventud.