En este mundo, no hay gran teatro; apenas, hay un espectaculo de escala planetaria. En el, sus espectadores son automatas dopados por los placebos que produce una ciencia que no es mas que el brazo, armado de la codicia. Resistiendo, sobre todo, deseando, emerge una creatura antropomorfa "humana" diriamos si lo que llamamos "humano" aun existiera. A veces especulativa; otras, con ecos de sci-fi, la prosa retrofuturista de Julio Pablo Benvenuto anunica el retorno de un Ariel que alienta la revuelda de los cyborgs, de los despojos humano, de los que saben que, cuando se les arranca la vida, "la lucha continua"