Uno de los principales rasgos del auge económico y geopolítico del continente asiático es la existencia de dinámicos procesos de integración regional. Desde la UE se promueve que éstos sean abiertos e inclusivos, en parte para no perder acceso a sus mercados. Sin embargo, es preciso conocer en mayor profundidad la complejidad de losp rocesos en marcha y su incidencia en dimensiones que-más allá del inmediato beneficio econónimo- también tienen que ver con el interés global por mantener una región estable, requisito necesario para que Asia y Europa forjen vínculos cada día más estrechos.